¿La vida es ese punto desde el que oteamos
en derredor hoy, o ese otro anhelado, situado quizás a 3442 Km de distancia? El espectáculo de La trapecista autómata intenta responder a esta cuestión con una
adaptación libre de Las tres hermanas de
Chéjov que se representa los viernes de febrero en Nave 73.
Algunos de vosotros, puesto que hablamos de viernes, dudaréis entre caña o sala alternativa. Pero Moscú es la respuesta, no hay otra. Esta pequeña sala del circuito Off madrileño cuida sus propuestas, y una cerveza no puede competir con el viaje de Irina, Masha y Olga, y sé de lo que hablo.
Cuando vayáis a verla,
os encontrareis ante una obra arriesgada,
con dos actrices y un actor que cambian roles e interpelan al público maletas
en mano. Una obra llena de movimiento
en su quietud, porque a veces, cuanto más inmóviles estamos, mayor es nuestro
ajetreo superficial, ¿verdad?
La trama tiene un hilo
conductor marcado por las estaciones, visualmente demarcadas con elementos
originales, pero los saltos temporales
son la tónica base. De esta forma podemos pasar del deshielo ruso a la
crisis española, del paro a un incendio, y de la cobardía a más cobardía.
Porque hay puntos comunes en cualquiera de sus marcos, y a ellos se agarran
para situar al público entre una espada y una pared propias, porque cuando
vayáis a verla llevaréis vuestro equipaje y el texto os salpicará de una forma personal, única e intransferible
(como la Visa).
Al entrar en la sala,
nos encontramos ya con una intención
discursiva marcada, puesto que los actores están allí, y no como las tres
hermanas rusas, no, están ellos, y eso es una pista fuerte y clara. Las rusas
aparecerán y desaparecerán durante 80 minutos, las actrices, también, pero a
veces emergerán confesiones reales que os
harán dudar de su realidad, porque ¿lo es? Un buen juego teatral, sí señora.
Patricia
Benedicto como dramaturga ha abordado temas clásicos del
humanismo sin rimbombancias ni tonterías, y con una voz actoral (Elena Corral, Laura Lorenzo y Antonio
Lafuente) seguramente escuchada y bien dirigida. Enhorabuena pues a esta
mujer valiente, una más en este camino de representación de género en el mundo
de las tablas españolas. Y mención también al resto del equipo, Lúa Testa en la escenografía, Juanje de los Ríos al mando de luces y
sonido, y Nelson Galtero a cargo del
diseño del cártel (se merece un 10) y dossier.
Moscú (3442 Km)
Teatro: Nave 73
Dirección: Calle de Palos de la Frontera, 5.
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