
El 3 de septiembre de 1880 entre nervios y grandes galas, se abrieron las puertas de este especial lugar, el desde entonces único Teatro Lara, con la representación de la obra "Un novio a pedir de boca" de Bretón de los Herreros.
Se emplazaba entre la calle San Roque (que en principio iba a ser la entrada principal y donde se ubicaba el patio de butacas) y la Corredera Baja de San Pablo, (la entrada principal finalmente) antes incluso de que existiera la Gran Vía. Fue conocido popularmente como la bombonera, por la semejanza de la sala principal a las bomboneras de la época.
Un hombre fue el responsable de la creación y puesta en marcha del teatro, Don Cándido Lara, que vio la oportunidad de un gran teatro en donde otros solo veían dificultades.
Se emplazaba entre la calle San Roque (que en principio iba a ser la entrada principal y donde se ubicaba el patio de butacas) y la Corredera Baja de San Pablo, (la entrada principal finalmente) antes incluso de que existiera la Gran Vía. Fue conocido popularmente como la bombonera, por la semejanza de la sala principal a las bomboneras de la época.
Un hombre fue el responsable de la creación y puesta en marcha del teatro, Don Cándido Lara, que vio la oportunidad de un gran teatro en donde otros solo veían dificultades.
“Se abren las puertas para contar la historia de este espacio, el caleidoscópico retrato de un teatro que soñó aquel audaz empresario que respondía al nombre de Cándido”
“Recorreremos la zona noble con su palco y su saloncito; el parnasillo donde los autores peleaban sus escritos, y el olor a maquillaje de los camerinos. La tramoya, los retales de telones, los angostos pasillos… Y, a lo mejor, hasta vemos un fantasma y un furtivo pasadizo que hoy conduce a ningún sitio. Y saldremos al final del laberinto al escenario, donde, desde hace ciento treinta y cinco años, todo brilla con más brillo” (Texto: Alfonso Mendiguchía)
La visita nos lleva también a los lugares de ensayo y representación. La sala principal del teatro, donde se representan obras tan longevas como "Burundanga,"o " La llamada", ahora pasa a llamarse sala Cándido Lara, en honor al fundador del teatro. El rojo del tapizado de las butacas, y los terciopelos del telón, combinan perfectamente con el dorado que recubre las telas y los frescos del techo, muy al estilo parisino.
La hasta ahora llamada sala off de la planta inferior, desde ahora se llama sala Lola Membrives, nombre de la actriz argentina que dió vida a tantos clásicos, y en la que podemos disfrutar de obras como "Tres", "Cuerdas", "Sole Sola" o tantas otras ahora en cartel. Antiguo almacén para más señas.
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